25/11/08

EDGAR ROLANDO MARTÍNEZ


FOTOGRAFÍA ACCIDENTAL.


“hace falta que el espectador llegue a comprender que fotografías, sonidos y textos son mensajes ambiguos el sentido final de los cuales sólo depende de la plataforma cultural, social, institucional o política en la que se encuentran insertos.”                                                            

Joan fontcuberta.


La fotografía por el peso que ha obtenido a lo largo de la historia y como normalmente llega al público a nivel masivo, en su cotidianidad, en sus distintos medios de circulación, se ha instalado en nuestras mentes como documento indudable de una realidad. Así todo el tiempo hemos pensado que se fotografía para recordar aquellos momentos que fotografiamos, para salvaguardar la experiencia de la precaria fiabilidad de la memoria, sin darnos cuenta en la precaria fiabilidad de la imagen.

La creencia y la fe que se le tiene a la  fotografía han sido construidas desde el inicio de la misma el la segunda mitad del siglo XIX, misma época en que se desarrollaba el positivismo que se interesaba en la reorganización social a través del conocimiento científico; así  la fotografía siempre ha estado ligada ala ciencia y por tanto a entrado en nuestro conocimiento como una herramienta ineludible de le realidad. Los medios masivos de comunicación nos presentan la imagen como registro de hechos reales y tangibles, pero bien sabemos que la fotografía ha servido en gran medida para mentir y crear memoria de hechos que nunca han sucedido. “La fuerza de la veracidad inherente a la  imagen hace la mentira más eficaz  y, por tanto, más peligrosa”1

 Me interesa cuestionar hasta donde la imagen fotográfica ha llegado a entrar en nuestra mente y conocimiento, como se ha instalado en nuestro inconsciente como estereotipos, estímulos clave que nos proporcionan los mecanismos autentificadores de la imagen.

En el artículo de la nota roja los reportajes son cortos, los comentarios construidos con vocabulario  popular usando localismos, pero la imagen es seductora, la imagen debe distraer y  retener la atención, pues nos encontramos ante una cultura cada vez más visual en donde la imagen substituye al texto, una cultura en donde la fotografía, como dice Gisèle Freund, “Desde su nacimiento forma parte de la vida cotidiana. Tan incorporada ésta a la vida social que, a fuerza de de verla nadie la advierte y una de sus características es la idéntica aceptación que recibe de todas las capas sociales.”2  y esto es cada vez mas utilizado por los medios de comunicación quienes apuestan por la imagen seductora, grotesca y hasta gore, para satisfacer a un público hambriento de imagen. Las imágenes de este tipo se vuelven completamente Kitsch, tienden a la provocación de efectos, ponen en evidencia lo que la imagen debe provocar. Así los consumidores responden rápidamente a estas para satisfacer el goce del morbo que éstas incitan. Por estas razones es que me interesa cuestionar las imágenes, que siempre preceden a la realidad como estas de la nota roja, cuando vemos la nueva noticia o imagen de primera página parecen ser  replicas de noticias o imágenes anteriores, parecemos estar frente a un  dejavu de la imagen  todo el tiempo .Así pues en este proyecto quiero cuestionar la estructura icónica de las imágenes usadas por diferentes medios de comunicación y así mismo cuestionar al espectador ante sus rutinas y automatismos de interpretación de la realidad.


1.-Giovanni Sartori.-Homo Videns La sociedad teledirigida.-Cáp. También la imagen miente.-pp.119

2.-gisèle Freund.-La Fotografía como documento social. Cáp.-las relaciones entre las formas artísticas y  la sociedad.-pp.8.


TÍTULO. FOTOGRAFÍA ACCIDENTAL

DE LA SERIE EVENTOS DESAFORTUNADOS




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